ARGUMENTOS ECONÓMICOS CONTRA LOS IMPUESTOS A LA EDUCACION PRIVADA
Por
Lic. Gabriel Leandro, M.B.A.
Economista
Antes de crear un nuevo impuesto, o bien aplicar uno existente a un bien o servicio que antes no estuviera gravado, convendría estudiar con detalle el impacto a corto y a largo plazo de dicha decisión. En el caso específico de la aplicación del impuesto al valor agregado a la educación privada, debe considerarse una serie de factores relevantes como la incidencia del impuesto y los beneficios externos de esta actividad, y no sólo la recaudación fiscal, sobre la cual también valdría la pena cuestionar su volumen.
Repasando la teoría económica, se tiene que el impuesto al valor agregado es básicamente un impuesto al consumo y un impuesto de carácter regresivo (Parkin, p. 414). Un impuesto de esta naturaleza afecta tanto a los productores del servicio como a los consumidores. Este efecto se puede ilustrar en forma gráfica de la manera siguiente:
Gráfica 1
Antes del establecimiento del impuesto el mercado (en este caso el de la educación privada) encuentra su punto de equilibrio en el punto A, al precio P1. El impuesto desplaza la curva de oferta hacia la izquierda (como lo señala la fecha). La diferencia entre la curva de oferta original y la nueva curva de oferta es el impuesto. El nuevo punto de equilibrio será el punto B, al precio P2 y la cantidad disminuirá a Q2. A ese precio el monto del impuesto es la distancia vertical del punto B al C, y por tanto la recaudación fiscal será la región rectangular P2BCD. El impuesto recae tanto sobre consumidores como sobre productores. La región P2BEP1 (zona amarilla) es la parte del impuesto que paga el consumidor (el estudiante o sus padres). La región P1ECD (zona verde) es afrontada por el productor (la escuela, colegio o universidad en este caso). El triángulo ABC es una pérdida irrecuperable de bienestar para la sociedad, ya que se reduce tanto el excedente del consumidor como el del productor.
Volviendo al caso del impuesto al valor agregado sobre la educación privada (al igual que con cualquier otro bien), el efecto dependerá de la elasticidad de la demanda de este servicio. Es necesario, por tanto, conocer la elasticidad de la demanda por educación privada. Ante la ausencia de estudios empíricos sobre esta elasticidad, entonces se pueden manejar dos hipótesis, que la demanda es inelástica, o que es elástica.
Suponiendo que la demanda sea inelástica, lo cual es posible en el caso de aquellos padres para quienes el sistema estatal no se adapta a sus necesidades (por ejemplo por los horarios), o en el caso de estudiantes universitarios avanzados, para los que sería muy difícil cambiarse a una universidad estatal o a otra privada de menor costo. Ver gráfica 2.
Gráfica 2
Al igual que en el caso anterior la curva de oferta se desplaza hacia la izquierda, en consecuencia el precio aumenta en forma significativa desde P1 a P2 y la recaudación fiscal es elevada (región P2BCD). Pero la mayor parte de la incidencia recae sobre los consumidores (estudiantes y padres de familia), mientras que una parte mucho menor sobre los productores (escuelas, colegios y universidades privadas).
Si se considerara que la demanda fuera elástica, lo cual podría darse en el caso de kinders, escuelas y colegios, donde muchos estudiantes podrían ser trasladados a las instituciones públicas, o bien algunos universitarios podrían trasladarse de las universidades de mayor costo a otras de menor costo, o buscar algún campo en las universidades estatales (lo cual es difícil de lograr dado que éstas no tienen suficiente capacidad para recibir más estudiantes), entonces la mayor parte de la incidencia del impuesto es asumida por las instituciones de enseñanza. Como se muestra en la gráfica 3, el precio sube relativamente poco desde P1 a P2, pero la matrícula cae más fuertemente de Q1 a Q2, y la recaudación fiscal no es tan elevada (región P2BCD). La zona verde corresponde a la proporción del impuesto que afecta directamente al productor (escuelas, colegios y universidades privadas), y la zona amarilla la que recae sobre los consumidores.
Gráfica 3
Tal como se ha visto, si la demanda es elástica se logrará una eficiente recaudación fiscal, pero castigando a los estudiantes o sus padres de familia. Pero si la elasticidad de la demanda fuera más alta (demanda elástica), entonces se castigará más a las instituciones de enseñanza, y también a los estudiantes, ya que no podrán matricular en las instituciones privadas y disfrutar de los beneficios que éstas les brindan, en general mayores que los que reciben en las instituciones públicas.
¿Y los beneficios externos a largo plazo?
La educación es tanto un bien de consumo como un bien de capital, y como tal genera una serie de beneficios sociales para la sociedad. En esto están de acuerdo tanto economistas (revise los textos de Samuelson, McEachern, Mochón, Mankiw, Parkin, etc.) como cualquier persona.
De esa manera existe en la economía una demanda de conocimientos, y así la gente está dispuesta a pagar para obtener esos conocimientos, en vista del beneficio marginal que proporciona a sus poseedores. De esa manera quien estudia obtiene un beneficio para sí mismo, por ejemplo un mejor salario, como se expuso anteriormente. Ese es el beneficio privado. Pero también se generan una serie de beneficios externos, por ejemplo, la posibilidad de ser mejores ciudadanos, de mejorar la comunicación y el desempeño de las personas en la sociedad, de generar nuevas soluciones a los distintos problemas humanos, entre muchos otros. Asimismo las actividades de investigación y desarrollo conducen a la obtención de nuevos conocimientos. Todos estos beneficios se obtienen gracias a la educación preescolar, primaria, secundaria, técnica, universitaria, la capacitación en el trabajo, entre otras.
Cuando las personas toman decisiones sobre la cantidad de estudios que desean realizar, generalmente subestiman toda esta amplia gama de beneficios externos que se crean, pues tienen a considerar sólo el beneficio privado. En el caso de Costa Rica el beneficio externo se observa claramente en la forma como muchas empresas extranjeras deciden invertir en Costa Rica, tomando como un factor esencial el grado de calificación de su fuerza de trabajo, y también como el país ha logrado desarrollar en forma exitosa industrias que emplean en forma “intensiva” el capital intelectual, por ejemplo la industria del software. Esto muestra muy clara evidencia de la necesidad de seguir destinando más recursos a la formación de capital humano.
Gráfica 4
Según se muestra en la gráfica 4, las personas tratan de equilibrar sus costos marginales (CM) contra sus beneficios marginales privados (D = BM), y esto daría una cantidad de educación y de investigación y desarrollo insuficientes (Q1), que en la gráfica quedan representados por el punto A. Es decir, el mercado es incapaz de lograr una cantidad “eficiente” de educación, pues al costo P1 la cantidad deseable de educación se daría donde el costo marginal iguala al beneficio marginal social (BMS), que es la cantidad Q2 y la distancia vertical BC correspondería al beneficio externo, el cual no es valorado por el mercado. Una política adecuada trataría de proveer la cantidad de educación Q2 al costo P1. Esto se puede lograr de varias maneras, entre ellas está la provisión por debajo del costo y los subsidios.
Esto justifica la existencia de la enseñanza pública, pero es muy evidente que ésta no puede absorber a todos los estudiantes que se encuentran en las instituciones privadas, sobre todo en el caso de educación superior. Según la teoría es más factible subsidiar a la educación que gravarla, como lo mencionan los reconocidos autores Parkin (página 455), McEachern (página 377) y Mankiw (página 133).
Fuentes consultadas:
- Mankiw, Gregory. Principios de Economía. Segunda Edición. McG, España, 2002.
- Samuelson. Nordhaus. Economía. Décimoséptima ed mcg esp 2002.
- Mochón. Economía: Teoría y polìtica. Mcgr esp 2002
- McEachern. Microeconomía: Una introducción contemporánea. Thomson Méx 2003
- Parkin, Michael. Macroeconomía. Versión para Latinoamérica. – 5ª. ed.- México: Pearson Education, 2001.
- Parkin, Michael. Microeconomía. Versión para Latinoamérica. – 5ª. ed.- México: Pearson Education, 2001.
- Cuadrado Roura, Juan. Política Económica. – 2ª. ed.- Madrid: McGraw Hill, 2001.
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Leandro, Gabriel (2000). El entorno de la organización. Recuperado el 15 de junio de 2004, de http://www.auladeeconomia.com/articulos5.htm