¿VALDRÁ
LA PENA SUBSIDIAR LA EDUCACIÓN SUPERIOR PRIVADA?
BENEFICIOS EXTERNOS DE LA INVERSIÓN EN CAPITAL
HUMANO
Por
Lic. Gabriel Leandro, MBA
Profesor de Economía
El conocimiento puede verse como un bien de consumo y a la vez, como un factor de producción. De esa manera existe en la economía una demanda de conocimientos, y así la gente está dispuesta a pagar para obtener esos conocimientos, en vista del beneficio marginal que proporciona a sus poseedores:
• Como bien de consumo proporciona utilidad, y de ahí el beneficio marginal para quienes lo obtienen.
• Como factor de producción el conocimiento aumenta la productividad, incrementando así el beneficio marginal.
Para adquirir esos conocimientos las personas pueden incurrir en un elevado costo de oportunidad, que incluye los costos mismos de la colegiatura, materiales, alimentación, etc., y otros como ingresos perdidos o reducidos durante el periodo de estudios. Para las personas estas habilidades, adquiridas a través de diferentes tipos de estudios y capacitaciones, representa una oportunidad para aumentar sus ingresos, y a la vez para los empleadores significa la posibilidad de contratar mano de obra más productiva. Esto se puede explicar gráficamente del modo siguiente.
La curva de demanda por mano de obra se deriva del concepto del ingreso del producto marginal, el cual es el resultado del producto físico marginal del factor trabajo por el ingreso marginal, es decir la curva de demanda de trabajo depende de su productividad. Así la curva de demanda por mano de obra calificada DMOC será menor a la curva de demanda por mano de obra no calificada DMONC. Por otro lado, la curva de oferta por mano de obra calificada OMOC representará un costo más elevado que la curva de oferta por mano de obra no calificada OMONC. El mercado fijará el equilibrio para la mano de obra calificada en el punto B, al salario WMOC y para la mano de obra no calificada en el punto A, al salario WMONC. Así los trabajadores con mayor grado de calificación devengarán salarios más elevados que los de menor grado de calificación.
Beneficios externos
En Costa Rica, y en general en cualquier país, se observa una estrecha correlación positiva entre una mayor cantidad de años de estudio e ingreso, al igual que un mayor grado de educación se relaciona con una menor incidencia de la pobreza. En general, el conocimiento brinda una gran cantidad de beneficios a sus poseedores, entonces ¿por qué podría ser necesaria una política del gobierno para inversión en capital humano? La respuesta podría ser que el conocimiento genera una serie de “beneficio externos”, los cuales no siempre son considerados por las personas a la hora de tomar sus decisiones.
Las actividades económicas generan costos y beneficios, los cuales pueden ser privados o externos. De esa manera quien estudia obtiene un beneficio para sí mismo, por ejemplo un mejor salario, como se expuso anteriormente. Ese es el beneficio privado. Pero también se generan una serie de beneficios externos, por ejemplo, la posibilidad de ser mejores ciudadanos, de mejorar la comunicación y el desempeño de las personas en la sociedad, de generar nuevas soluciones a los distintos problemas humanos, entre muchos otros. Asimismo las actividades de investigación y desarrollo conducen a la obtención de nuevos conocimientos. Todos estos beneficios se obtienen gracias a la educación preescolar, primaria, secundaria, técnica, universitaria, la capacitación en el trabajo, entre otras. Para Cuadrado Roura “el stock de capital humano es la fuente impulsora del proceso de progreso tecnológico” (p. 248), y agrega que existe “la necesidad de apostar por la educación y la formación durante toda la vida” (p. 258).
Cuando las personas toman decisiones sobre la cantidad de estudios que desean realizar, generalmente subestiman toda esta amplia gama de beneficios externos que se crean, pues tienen a considerar sólo el beneficio privado. Las personas tratan entonces de equilibrar sus costos marginales (CM) contra sus beneficios marginales privados (D = BM), y esto daría una cantidad de educación y de investigación y desarrollo insuficientes (Q1), que en la gráfica quedan representados por el punto A. Es decir, el mercado es incapaz de lograr una cantidad “eficiente” de educación y de investigación, pues al costo P1 la cantidad deseable de educación se daría donde el costo marginal iguala al beneficio marginal social (BMS), que es la cantidad Q2 y la distancia vertical BC correspondería al beneficio externo, el cual no es valorado por el mercado. Una política adecuada trataría de proveer la cantidad de educación Q2 al costo P1. Esto se puede lograr de varias maneras, entre ellas está la provisión por debajo del costo y los subsidios.
El caso de Costa Rica
La provisión por debajo del costo consiste en que el gobierno logra producir la cantidad Q2 pero a un costo inferior a P1, por ejemplo al costo P2. En el caso de Costa Rica el Gobierno se ha preocupado por instituir la educación general básica y la diversificada como obligatorias y universales a lo largo y ancho del país, creando escuelas y colegios públicos que proveen educación a los costarricenses, siendo el Estado quien financia su costo. A nivel universitario el existen cuatro universidades estatales que tratan de proveer la educación superior a un costo para las personas por debajo de su costo real. Igualmente, a través de estas instituciones trata de realizarse un cierto esfuerzo en investigación y desarrollo.
Si se hace referencia, nuevamente, a los enormes beneficios externos de la educación, y se observa como muchas empresas extranjeras deciden invertir en Costa Rica, tomando como factor esencial el grado de calificación de su fuerza de trabajo, y como el país ha logrado desarrollar en forma exitosa industrias que emplean en forma “intensiva” el capital intelectual, por ejemplo la industria del software, queda muy en evidencia la necesidad de seguir destinando más recursos a la formación de capital humano.
Es evidente que la demanda por educación ha sobrepasado en una gran cantidad a la capacidad que las universidades públicas pueden absorber. Según el Censo Nacional de Población del 2000, alrededor de unas 133000 personas se encontraban estudiando en alguna universidad, de las cuales aproximadamente el 45% estudiaban en universidades estatales (no existen datos precisos sobre la matrícula de las universidades privadas). En el 2001 la cantidad de diplomas otorgados por las universidades privadas correspondió al 60% del total de los diplomas otorgados. Estos datos muestran que los costos de lograr una mayor formación de capital humano están siendo cubiertos, en una elevada y creciente proporción, por las personas y a costos de mercado. Esto, según se expuso anteriormente, podría estar llevando a una asignación ineficiente de recursos, al ubicarse en un punto como el A de la segunda gráfica, y con ello subestimándose el beneficio externo de la educación. Así, siendo la provisión por debajo del costo insuficiente, otra alternativa es la de los subsidios.
En este caso existen diversas maneras para otorgar dichos subsidios. Una posibilidad es la de facilitar becas a los estudiantes. Otra manera es subsidiar al productor, es decir, a las universidades. La primer solución podría ser la más fácil de administrar, pero la segunda puede ser más eficiente a la hora de financiar proyectos de investigación y de promover una mayor calidad de la educación superior privada.
En Costa Rica se dedican escasos recursos a la investigación y desarrollo, aproximadamente un poco menos del 0.4% de su Producto Interno Bruto, que dista mucho del nivel de los países más desarrollados, e incluso es bajo a nivel latinoamericano. Desgraciadamente las universidades privadas tienden a dedicar muy pocos recursos en este sentido, lo cual confirma que en este caso el mercado no realiza una asignación eficiente de recursos y la consecuente necesidad de una política del gobierno para inversión en capital humano.
Diversos autores del desarrollo económico cada vez reconocen una mayor importancia a la necesidad de “intensificar el esfuerzo en I+D” (Cuadrado Roura, p. 258). Jaime Requeijo considera que “existen, de unos países a otros, brechas tecnológicas, …, que se deben a la existencia de distintos niveles de investigación y desarrollo (I+D) observables sectorialmente. Esas brechas tecnológicas darían lugar, por lo que a las empresas se refiere, a diferencias notables en los bienes y servicios que facilitan, a la eficacia con que actúan y a su posible evolución futura” (p. 138).
Es evidente que el país requiere una mayor formación de capital humano, y en la formación de este recurso el sector público y el privado han trabajado hasta ahora en forma muy poco coordinada, pero si se desea alcanzar mayores niveles de desarrollo es necesario tomar decisiones a favor de la educación y la investigación. La educación superior privada puede significar una gran oportunidad para el país, para que juntos, el Estado y las universidades, puedan colaborar en un mayor esfuerzo en investigación y formación de capital humano.
Fuentes consultadas:
- Parkin, Michael. Macroeconomía. Versión para Latinoamérica. – 5ª. ed.- México: Pearson Education, 2001.
- Parkin, Michael. Microeconomía. Versión para Latinoamérica. – 5ª. ed.- México: Pearson Education, 2001.
- Cuadrado Roura, Juan. Política Económica. – 2ª. ed.- Madrid: McGraw Hill, 2001.
- Requeijo, Jaime. Estructura Económica Mundial. Madrid: McGraw Hill, 1997.
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Leandro, Gabriel (2000). El entorno de la organización. Recuperado el 15 de junio de 2004, de http://www.auladeeconomia.com/articulos5.htm